Posibilidad de revivir el rio Acelhuate.

 El Río Acelhuate es un símbolo de la contaminación fluvial en El Salvador.  La limpieza es posible, pero expertos dicen que requiere voluntad política.

En junio de 2015, la ministra de Medio Ambiente del gobierno del FMLN, Lina Pohl, presentó un proyecto con el fin de limpiar el río Acelhuate en un 80% en diez años. En documentos y datos de investigación que respaldan la iniciativa, este río es considerado el más contaminado del país, con un 68% de su contaminación proveniente de aguas residuales sin tratar, que es el agua utilizada en todos los baños y cocinas de la Gran Ciudad. Según información del Banco Interamericano de Desarrollo, tiene una población de alrededor de dos millones de personas en sus 14 municipios (2021). 

La estrategia global contemplaba 3 ejes: científico técnico, institucional social, y económico. Un funcionario explicó que para llevar a cabo una tarea de tal magnitud se decidió abordarlos desde el Foro Permanente para la Reducción de Vulnerabilidades, foro inaugurado por el Presidente Funes a principios del año 2015 y que reunía a representantes de la empresa privada, la sociedad civil y el gobierno.

El ambicioso proyecto incluía una serie de medidas, pero la parte más importante, el principal acorazado, fue la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales para separar la materia orgánica y devolver al río un agua mucho más aceptable, no potable, pero más aceptable para la limpieza natural, tal como se hace en otros países.

Hay que concientizar que el 40% del agua potable de la región capitalina viene del río Lempa y nosotros contaminamos esa agua y regresa a este principal afluente del país por el río Acelhuate. Se ha informado que el primer paso es salvar el río, mantenerlo vivo, y esto esencialmente significa que tenga agua y afluentes.

Se ha determinado que salvar el río no es solo una cuestión estética que le devuelva su papel como elemento paisajístico, sino también un asunto vital para la supervivencia del país, ya que en su cuenca de drenaje viven al menos 1,3 millones de personas.